miércoles, 16 de enero de 2013
UN FESTIVAL A LA BESTIA
A diario, cientos de hombres
y mujeres emigran, procedentes en su mayoría de la región de Centroamérica para
congregarse en la vieja estación del municipio de Arriaga; Chiapas, y así
encontrar sitio en aquel ferrocarril que habrá de acercarlos hacia el país
norte, conocido en su mayoría como La
Bestia.
Es La Bestia el emblema de un fenómeno migratorio imparable, que
sujeta la disyuntiva del destino entre la vida y la muerte, entre la suerte y
la desventura; una maquina que transporta el material de los sueños humanos y que
para este proyecto abre la posibilidad de generar un movimiento artístico
multidisciplinario contemplándola como escenario potencial, mientras se
encuentra en transito y reposo.
El
Festival de la Bestia; Arriaga 2013; encuentro artístico multidisciplinario
para el migrante es un espacio que replantea la poética del
viaje para asumir una condición inmediata al espectador indocumentado en
tránsito, reinventando el imaginario que representa su travesía y a su vez,
dignificando su lucha mediante un programa de actividades que se ofrenda a La Bestia para que lleve
sus cuerpos con buen destino.
Su propósito será instaurar
como sede del festival, la zona de
ferrocarriles del municipio de Arriaga Chiapas, donde se congrega
mayoritariamente la comunidad migrante
en espera de la llegada o partida del tren que habrá de conducirles hacia el
centro/norte de nuestro país para así continuar por vías alternas su viaje. Sitio
emblemático entre el resto de los puntos de abordaje (Ixtepec Oaxaca y
Tenosique Tabasco) por encontrarse al inicio del camino para el migrante, que
suele pasar días y noches en la necesidad de abordar sus vagones; suceso
altamente simbólico para el espíritu de este proyecto, ya que sus actividades,
vendrán a significar un aliciente critico, reflexivo y sensible como equipaje
para construir la fe.
Las
agrupaciones que integran la
programación del festival además de ofrecer espectáculos teatrales, conciertos
musicales, lecturas de poesía y proyecciones de cortometrajes en el marco del
ferrocarril, ampliaran su programa en el ejercicio de talleres, dinámicas de
creación colectiva, exposiciones y registros testimoniales de sus
participantes.
EL LLAMADO DE LA BESTIA
Las historias que cuentan los que han dejado su lugar de
origen para viajar sin documentos hacia otro país son, de manera frecuente,
relatos de peligros enfrentados y daños padecidos. Hoy en día la migración
indocumentada y el riesgo están estrechamente entrelazados. En la frontera sur
de México con Centroamérica, la conexión entre los dos factores es tan evidente
como lo demuestra el número de violaciones a los derechos humanos que la han
convertido en uno de los cruces más difíciles y azarosos para el inmigrante, cuyo destino permanece en muchos casos, dependiente al paso
de un tren cuya demora puede ocasionar una espera involuntaria de días o
semanas, al margen de las vías férreas, haciendo suponer el trayecto de un
camino tan incierto como perecedero…
ANTECEDENTES
La
frontera sur de México está delineada por una línea quebrada que se extiende a
lo largo de 1,139 km., de los cuales 962 km. colindan con Guatemala y 176 km.
con Belice. El estado de Chiapas forma frontera con Guatemala a lo largo de
658.5 km., constituyendo 58% de la línea fronteriza sur de México. Históricamente,
la región más dinámica de la frontera sur ha sido el Soconusco, Chiapas. Dicha
zona tiene fuertes vínculos con Centroamérica, especialmente con Guatemala.
Cuenta con una gran infraestructura carretera y ferroviaria que se comunica con
el centro del país y Centroamérica. Cada
año miles y miles de centroamericanos, preferentemente, intentan ir a Estados
Unidos pasando por el Soconusco. No todos lo logran. Al menos en el último
decenio, cada año las autoridades migratorias realizan poco más de 100 mil
detenciones de extranjeros indocumentados en la zona. Hombres, mujeres y niños
se mezclan por tiempo indefinido en ese cálido y húmedo territorio de múltiples
culturas que dista, aproximadamente, mil kilómetros de carretera de la capital
mexicana.
Se ha documentado que
esta migración de paso se produce en contextos de vulnerabilidad y riesgo y que
la violación a los derechos humanos de quienes participan en dicha corriente
migratoria es frecuente. Los abusos son cometido tanto por bandas de delincuentes
y personas que se vinculan a los propios migrantes a través de alguna actividad
comercial o de otro tipo, así como por autoridades de distinto nivel. En
general, los ilícitos van desde amenazas, chantajes y extorsiones hasta asaltos
a mano armada y violaciones tumultuarias, que en muchos casos han provocado la
muerte de los migrantes.
Una situación
particular, asociada a las condiciones del desplazamiento de personas con menos
recursos económicos y sin contactos o apoyo de redes, es la incidencia de
diversos accidentes. Los más frecuentes son ocasionados por viajar o intentar
viajar en el ferrocarril, en particular en la ruta que va de Ciudad Hidalgo —en
los límites con Guatemala— a la región del Istmo de Tehuantepec.
Los accidentes se
producen principalmente al abordar el tren en movimiento, bien sea al iniciar
su trayecto o al intentar burlar la revisión de las autoridades en los sitios
de inspección migratoria o policial. Es común que las caídas terminen en
mutilaciones o muerte.
Las distintas evidencias
que resultan de las estadísticas migratorias, así como los hechos que se
registran cotidianamente asociados a la migración en la región del Soconusco y
en general en la frontera sur de México, deben llamar la atención de
autoridades y sociedad, una vez que, como ha sido señalado en diversos foros,
la migración proveniente de distintos países y que utiliza a México como vía de
tránsito no va a detener su intensidad, sino más bien adquirirá dimensiones muy
complejas en los próximos años.
Asimismo, dado que la
migración de personas obedece sobre todo a factores estructurales, resultado
del tipo de desarrollo de las economías nacionales y regionales, las medidas
que se implementen para regular y controlar los movimientos migratorios en las
fronteras internacionales deben contemplar necesariamente las causas que los
provocan y, al mismo tiempo, deben considerar el derecho de quienes migran en
busca de condiciones de vida más dignas no sólo para ellos, sino para sus
familiares que se quedan en el lugar de origen
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